Entrevistas

Imagen en blanco y negro de Alba Pinilla, karateca, celebrando con los brazos en alto y una expresión de alegría o euforia. Lleva puesto un karategi blanco y guantes protectores. En la parte izquierda de la imagen, sobre un recuadro oscuro, aparece un texto en español que dice:  Yo animaría a cualquier deportista a que se lance a estudiar aquello que le guste, aunque suponga hacerlo en más tiempo del que nos marcan. No hay prisa...  En la parte superior derecha se ven los logotipos del Consejo Superior de Deportes (CSD) y del programa PROAD, junto con la frase "Programa de Atención al Deportista de Alto Nivel".

Alba Pinilla nuestra deportista PROAD - CSD

| PROAD | Entrevistas
Pin It

Alba Pinilla representa a la perfección lo que significa una carrera dual. Deportista de alto nivel en kárate, al finalizar sus estudios de Enfermería decidió dar prioridad a su futuro profesional: durante una temporada, dejó el deporte en un segundo plano para poder dedicarse a preparar el EIR, examen necesario para acceder a la especialidad de enfermería; en su caso, especialidad de Salud Mental, en la que ya lleva trabajando 2 años como enfermera generalista.
El esfuerzo dio sus frutos: desde este mes de junio, Alba se incorpora como residente de Salud Mental en las Islas Canarias y, tras superar el proceso selectivo, ha retomado su rutina de entrenamientos con fuerza, logrando en abril el título de Subcampeona de España en su categoría. Su historia, como la de cada vez más deportistas, demuestra que la resiliencia y la capacidad de marcarse objetivos a medio y largo plazo son claves para alargar una carrera deportiva de alto nivel, incluso cuando hay que hacer pausas por oposiciones, lesiones, maternidad u otras circunstancias de la vida.

Pregunta: Practicas el Karate en la disciplina de Kumite. ¿Qué te enganchó a esta modalidad, cómo y dónde fueron tus inicios?
Alba: 
Pues llevo practicando kárate desde los 8 años aproximadamente, compaginándolo también con otros deportes como el baloncesto (1 año) y fútbol (3 años). Finalmente me decanté por el kárate por la familia que había formado en el Fitness Gasteiz, donde he entrenado toda mi vida y donde me han apoyado durante toda mi carrera.
En este deporte puedes competir tanto en katas, que es más técnica, como en combate “kumite”. Yo me decanté por esta segunda… no sabría explicar muy bien por qué, pero desde pequeña disfruté más la adrenalina y esos nervios del combate. Empecé a pelear a los 12 años, que es cuando nos permiten empezar participar en competiciones en Euskadi y desde entonces, ahí sigo hoy en día, a los 24.

Pregunta: Durante tu etapa en el instituto y en la universidad compaginaste el deporte de alto nivel con tus estudios. ¿Qué te motivaba a seguir adelante con ambas cosas a la vez y qué dirías que fue lo más difícil de ese camino?
Alba:
Pues yo siempre he tenido claro, y mis aitas siempre me han inculcado, la importancia de los estudios y de que me dedicara a algo que me hiciera feliz.
Yo sabía que quería hacer una carrera del mundo de la salud, inicialmente fui a por medicina, pero me quedé a muy poquito de entrar, con lo que me decanté por enfermería. Desde un principio me gustó muchísimo la materia, las prácticas… con lo que no me costaba sentarme a estudiar porque también lo disfrutaba.
Por otro lado, fue justo a finales de bachillerato y a principios de la universidad cuando empecé a destacar en karate a nivel nacional por lo que, cuando más exigencia académica tenía, más exigencia deportiva me vino. Al principio fue un poco caos ya que yo sentía que no podía llegar al 100% a todo. Lo más difícil para mí yo diría que fue gestionar mi obsesión de hacerlo todo perfecto ya que, como no tenía tanto tiempo veía que me era imposible y me generaba ansiedad. Comencé con ayuda de psicólogos deportivos, a los que estoy muy agradecida, y me ayudaron a organizarme para conseguir llegar a todos mis objetivos, “mejor hecho que perfecto” me dijeron, que se me ha quedado grabado en la cabeza.

Pregunta: Has finalizado el Grado en Enfermería. ¿Qué es lo que más te atrajo de esta profesión y, tras tu primera experiencia laboral como enfermera, en qué ámbito te ves trabajando a largo plazo? ¿Cuál es el que más te gusta?
Alba:
Pues como ya he comentado anteriormente, yo inicialmente quería haber estudiado medicina, ya que siempre me gustó y se me había dado bien la biología, anatomía... Cuando entré a enfermería tenía la idea de en segundo curso tratar de cambiarme de carrera. Pero, a medida que iba viendo asignaturas y conociendo un poco más el mundo de la enfermería me enamoré. Me gusta la enfermería en todos sus ámbitos, pero en cuarto de carrera tuve la oportunidad de rotar unas prácticas por salud mental y sentí que era eso a lo que quería dedicarme. Creo que fue así porque de lo que más me ha gustado de la enfermería es el trato con el paciente, el poder conocerlo y acompañarlo en su proceso.

Pregunta: El Grado en Enfermería implica una gran carga práctica, tanto en hospitales y centros de salud como en las propias asignaturas. ¿Cómo te organizabas cada curso para compaginar clases, prácticas, exámenes, entrenamientos y competiciones?
Alba:
Sacrificando muchas cosas, la verdad. Aunque hoy en día no me arrepiento para nada. Yo me organizaba desde casa, no solía ir mucho a clase ya que me sentía más cómoda y productiva estudiando “online”. También es verdad que me pilló la época de la pandemia y tampoco tuvimos más remedio… 
Respecto a la planificación, mis psicólogos me recomendaron que me hiciera una planificación semanal, organizándome el día entero para optimizar el tiempo, siempre teniendo en cuenta también los entrenamientos y los descansos necesarios. Me recomendaron además fragmentarme el tiempo de estudio en periodos de unos 60 minutos, con sus mini-descansos entre periodo y periodo. Eso me ayudaba a que el tiempo que invertía fuera más efectivo.
Desde la universidad, al ser deportista de alto nivel tienes derecho a que te permitan adaptar el calendario de exámenes, semanarios, prácticas etc. a tu calendario deportivo por lo que por ese lado no tuve ningún problema.

Pregunta: En muchas ocasiones, un gran dilema para el deportista es entrenar, estudiar o trabajar. Muchos piensan que es imposible compaginar el alto nivel con la formación o la experiencia laboral. Tú lo has conseguido, ¿qué le dirías a quienes dudan si dar ese paso?
Alba:
Yo animaría a cualquier deportista a que se lance a estudiar aquello que le guste, aunque suponga hacerlo en más tiempo del que nos marcan. No hay prisa. La carrera del deportista no es eterna y considero imprescindible asegurarse un futuro laboral más allá del deporte. Sobre todo, uno que te haga feliz.

 

Tres fotografías de la karateca Alba Pinilla en diferentes contextos. A la izquierda, ella está vestida con un uniforme de karate blanco, cinturón azul y guantes azules, en posición de combate, mirando hacia un lado. En el centro, aparece con un mono verde y una banda de graduación gris sobre los hombros, sosteniendo un diploma y sonriendo. A la derecha, viste un uniforme médico azul claro, lleva un estetoscopio al cuello y se toma una selfie en un baño de hospital, con una bolsa grande colgada al hombro.

Pregunta: Hace dos años finalizaste tu etapa universitaria y decidiste dar un paso importante: iniciar tu carrera profesional como enfermera y prepararte el EIR con determinación. No debió de ser una decisión fácil. ¿Qué te motivó a dar ese salto en tu carrera deportiva y apostar por esos objetivos laborales y profesionales?
Alba:
Desde que terminé la carrera tuve la suerte de entrar a trabajar donde yo quería, en el psiquiátrico. Allí pude conocer a muchas enfermeras especialistas en Salud Mental que me animaron a ponerme a estudiar el EIR, que es un examen a nivel nacional, que te abre las puertas para poder elegir la especialidad y el destino donde quieras cursarla. Yo era consciente de que era un examen difícil y que resulta duro de estudiar, pero decidí intentarlo. Me apunté a una academia donde me planificaron todo, pero junto con los entrenamientos y competiciones me di cuenta de que a las dos cosas no llegaba. Por lo que decidí apostar con todo al examen. Paré de competir casi una temporada entera, dedicándome a estudiar y a trabajar. Eso sí, no paré de hacer deporte. Y finalmente el esfuerzo mereció la pena.

Pregunta: Durante esta etapa de transición hacia el ámbito laboral y la preparación de este importante examen, ¿qué tipo de apoyo recibiste por parte del Programa de Atención a Deportistas de Alto Nivel (PROAD)? ¿En qué aspectos crees que fue más útil para ti?
Alba:
Pues el saber que tienes un apoyo en caso de necesidad de ayuda siempre es reconfortante. Además, gracias a mi tutor, Pablo, conocí unas becas dirigidas a la preparación de este examen. Le estoy muy agradecida.

Pregunta: Durante estos meses centrada en el EIR, ¿tenías claro que volverías a competir una vez superado el examen, o pensabas que quizás ese momento marcaba un punto final en tu carrera deportiva?
Alba:
Buena pregunta… Durante todo ese tiempo tuve muchas dudas, muchos altibajos… Mi cabeza se repetía continuamente que había perdido mucho tiempo de entrenamiento, que me había quedado atrás en comparación con mis rivales, que ya no sería capaz de volver a estar al nivel… pero en cuanto volví a pisar el tatami, a tener tiempo para dedicarle a mi deporte y a coger nuevamente sensaciones de competición… me lancé a pelear de nuevo.

Pregunta: ¿Cómo fue el proceso de retomar los entrenamientos y marcarte nuevos objetivos deportivos? ¿Contaste con apoyo por parte de tu entorno: familia, club, entrenador o federación?
Alba:
Retomar de nuevo la rutina de entrenamientos con el objetivo de volver a pelear no fue fácil, como he comentado antes, yo sentía que me había quedado atrás y tenía la inseguridad de si sería capaz o no de volver a ser la competidora que era. Pero, gracias al apoyo de mis entrenadores y mis compañeros pude volver a ganar esa confianza. Además, a nivel competitivo, decidí cambiar de categoría, es decir, pelear en un peso diferente al que lo había hecho siempre. Esto también suponía un reto y una incertidumbre.
Siempre me he sentido apoyada, tanto por mi familia como por mi entorno del deporte. Tengo la suerte de tener una familia que me ha seguido e impulsado a lograr todos mis objetivos. Y la suerte de formar parte de un club que también puedo considerar una familia.

Pregunta: Imagina que tienes que contarle a alguien tu historia dentro de 10 años. ¿Qué te gustaría haber logrado en ese tiempo, tanto como deportista como a nivel profesional?
Alba:
A nivel profesional mis próximos objetivos son formarme bien estos dos años como especialista en salud mental y luego, cuando vuelva a mi ciudad, preparar unas buenas oposiciones para conseguir una plaza como enfermera especialista. Aunque no descarto, en un futuro, seguir estudiando y conociendo otros ámbitos de la enfermería que también me gustan y considero que me pueden ser útiles a la hora de ejercer mi profesión.
Por otro lado, en el ámbito deportivo… como ahora me mudo a Tenerife y empiezo en una rutina diferente… no tengo claro como voy a conseguir organizarme para poder mantener el nivel de entrenamientos y competiciones. Pero, me gustaría poder decir que conseguí volver a entrenar, pelear y seguir disfrutando de mi deporte muchos años más. Confío en mi.

Entidades colaboradoras